20.7.07

Soneto de la Vida Eterna

Burlando estamos a un futuro incierto
Al destino aciago, a la artera muerte
Pues quien con tesón ayuda a su suerte
Y mantiene su corazón despierto
Tarde o temprano logra su objetivo
Cual es, si no, la verdadera esencia
De buscar siempre nuestra trascendencia
Y comprender qué hacer para estar vivos.
En un mundo plagado de acechanzas,
Con inepcias de todos los matices
Nuestra lucha ya no es desesperada
Si esta certeza en nosotros se afianza:
¡Hay una razón para estar felices!
Los hijos… ¡Son la muerte superada!

© Luis Alberto Lecuna
© Pueblo Blanco Producciones Culturales